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Pintura de niña con paraguas y pájaro, arte callejero multicolor, artista pintor Vincent Bardou

Entrevista exclusiva con el artista Vincent Bardou

Entre la fe, la pintura y la búsqueda de la libertad

En esta entrevista, Vincent Bardou repasa un recorrido marcado por contrastes: su infancia en Vitry-sur-Seine y los valores de solidaridad que le inculcó, su accidente de moto que cambió su relación con la vida, y sus viajes que le abrieron a otras culturas y a la naturaleza. De la calle al estudio, explica cómo la pintura se convirtió en algo natural, casi como un lenguaje sagrado.

A través de sus respuestas, emerge una visión profundamente espiritual del arte y la existencia: la importancia de la infancia y su mirada pura, la rebelión contra la destrucción de la naturaleza, el homenaje a los pueblos indígenas, pero también la necesidad de soledad, silencio y meditación para crear. Rechazando el ego y la competencia, Vincent afirma que el arte no es una cuestión de jerarquía, sino de autenticidad. Una conversación en la que descubrimos a un hombre en busca de la verdad, para quien cada lienzo es una emoción, una oración, un rastro de vida.

Pintura de rinoceronte, arte callejero, diseño decorativo colorido, artista Vincent Bardou

Entrevistador — Naciste en Vitry-sur-Seine y creciste allí hasta los 25 años. ¿Qué te dejó esta ciudad?

Vincent Bardou — Vitry es mi matriz. A veces es un lugar duro, pero con una riqueza humana increíble. En esos barrios aprendí el valor de la solidaridad, la ayuda mutua y la lealtad. No te juzgan por lo que posees, sino por quién eres. Crecer allí me forjó un carácter fuerte, resistencia, la capacidad de recibir golpes y levantarme. Pero sobre todo, Vitry me dio el amor por la diversidad: culturas, rostros, idiomas. Allí comprendí que la humanidad es hermosa en su diferencia. Esa energía cruda, esa mezcla de belleza y dureza, aún la llevo hoy en mis lienzos.

Entrevistador — Tu trayectoria escolar no fue fácil, pero obtuviste un título de diseño a nivel universitario (bac+5). ¿Qué lección sacaste de ello?

Vincent Bardou — No era un estudiante modelo. Conocí el fracaso y la autocrítica. Pero aprendí muy pronto que el sistema educativo solo valora el resultado. No importa el camino que tomes, lo que importa es la meta. Esta comprensión me liberó: dejé de compararme con otros y comencé a trazar mi propio camino. Obtener este diploma no fue solo un papel, fue una revancha, un símbolo: que uno puede venir de un barrio modesto, enfrentar dificultades y aun así ir a buscar lo que quiere. Esta perseverancia la mantengo en mi arte: un lienzo terminado es la historia de todas las batallas invisibles detrás de él.

Entrevistador — Tuviste un accidente de moto que casi te cuesta la vida. ¿Qué cambió en ti?

Vincent Bardou — Ese accidente fue un shock, un despertar brutal. Cuando te enfrentas a tu fragilidad, cuando sientes que todo puede cambiar en un segundo, tu visión cambia. Comprendí que nada está garantizado, que todo puede detenerse mañana. Así que decidí vivir más intensamente, más auténticamente. Decidí buscar lo que realmente me hace vibrar. Tras el accidente, fui al sur de Francia para respirar de nuevo, luego me fui con una mochila a recorrer el mundo. Esos viajes fueron terapia. Cada país, cada rostro, cada paisaje puso color en mis cicatrices.

Entrevistador — Tus viajes alimentan mucho tu trabajo. ¿Qué encuentras allí que no encuentras aquí?

Vincent Bardou — Viajar te obliga a la humildad. Llegas a un lugar, no conoces nada, no posees nada importante, solo eres un humano entre otros. Allí ves lo que realmente importa: la acogida, las miradas, las manos tendidas, la belleza simple de un atardecer, la fuerza de una montaña, la energía de una ciudad desconocida. Me marcaron mucho los pueblos originarios, especialmente los indígenas americanos. Su vínculo con la tierra, su respeto por la naturaleza y los antepasados me impactó profundamente. Nos recuerdan que somos parte de un todo y debemos proteger nuestro entorno. Esta conciencia ecológica se ha convertido en una parte importante de mi trabajo. Cada año aún me voy a “reconectarme”. Estos momentos me permiten volver a lo esencial.

Entrevistador — ¿Cómo entraste en el mundo del arte?

Vincent Bardou — Es casi un misterio. Un día tomé un pincel sin saber por qué. Como si algo me guiara. Dios me puso en este camino. Fue instintivo. Y algo se abrió. Comprendí que era un lenguaje que no conocía aún pero que siempre estuvo en mí. Comencé a pintar, alquilar galerías, a veces dormir en ellas. Conocí la precariedad, pero nunca me rendí. No tenía contactos ni cultura del mundo del arte. Todo lo que aprendí me lo enseñaron la calle y la vida.

Entrevistador — Luego llega un encuentro decisivo: una galería en Le Marais.

Vincent Bardou — Sí, después de dos años viviendo un poco como nómada del arte, pintando, exponiendo, a veces durmiendo en mis galerías, conocí a un galerista que vio algo en mí. Fue en “Le Repère” en Le Marais. Creyó en mi trabajo cuando aún dudaba. Me guió, aconsejó y ayudó a estructurar mi estilo sin traicionarme. Ese encuentro cambió todo. Se abrieron puertas, otras galerías, más exposiciones, y poco a poco llegaron los coleccionistas, algunos desde el otro lado del mundo para ver mis lienzos.

Entrevistador — Hablas a menudo de temas como el medio ambiente, la infancia o la rebeldía. ¿Por qué están tan presentes?

Vincent Bardou — Porque me tocan profundamente. La naturaleza está en peligro y eso me indigna. El arte me permite rendir homenaje a lo que desaparece y alertar, siempre con belleza. Los indígenas americanos que conocí en mis viajes me mostraron otra manera de ver el mundo: una relación sagrada con la tierra. La infancia, para mí, es un símbolo de pureza y esperanza. Mis lienzos con niños hablan de inocencia, pero también de fragilidad. Y luego está “Rebel for Life”, un grito, una serie donde quise decir que a veces hay que desobedecer para proteger lo que importa. Esta rebeldía la quiero constructiva, portadora de amor y vida.

Entrevistador — Tu estilo evoluciona constantemente. ¿Qué buscas en la pintura?

Vincent Bardou — Busco la emoción pura. No quiero pintar para decorar, quiero pintar para hacer vibrar. Cada lienzo debe decir algo, tocar algo. He trabajado mucho con acrílico, pero el óleo llegó a mí como una evidencia. Es un material exigente, lento, que requiere paciencia y precisión. Obliga a la humildad: cada capa debe esperar a la otra, cada detalle cuenta.

Entrevistador — Tu pintura es muy emocional. ¿Qué buscas transmitir?

Vincent Bardou — Mis lienzos son como plegarias, meditaciones. Cada rostro, cada animal, cada cuadro lleva un mensaje: fragilidad, belleza, ira, paz. Quiero recordar que todo parte del interior, que el ser humano debe mantenerse humilde y conectado con la Tierra.

Entrevistador — Tus obras desprenden gran espiritualidad. ¿De dónde viene esta dimensión?

Vincent Bardou — Siempre he sentido que hay más de lo que se ve. Que lo material es solo una fachada y el verdadero tesoro está dentro. “Lo material es ilusión, el conocimiento la verdadera riqueza”. Mis viajes, heridas, lecturas y encuentros me han llevado a creer que cada pintura puede ser una plegaria silenciosa. Cuando pinto un rostro, intento captar más que rasgos: intento captar luz, un soplo.

Entrevistador — Hablas a menudo de tu gusto por la soledad. ¿Por qué es importante para ti?

Vincent Bardou — La soledad no es aislamiento, es un espacio para respirar. Es allí donde realmente me encuentro. Necesito silencio y distancia para escuchar lo que sucede dentro de mí. En el ruido del mundo, uno se pierde rápidamente. Cuando me alejo, camino por la naturaleza o pinto solo, recupero claridad. En esos momentos surgen mis mejores ideas, mis lienzos cobran vida.

Entrevistador — ¿Qué papel juega la naturaleza en tu equilibrio?

Vincent Bardou — La naturaleza es mi refugio. Cuando estoy en el bosque, frente al mar o en la cima de una montaña, siento que me reconecto con lo esencial. Todo se ralentiza. Los árboles, el viento, la luz del sol: son guías silenciosos. Me enseñan paciencia, humildad y armonía. También es una fuente inagotable de inspiración: colores, texturas, formas. Cada vez que pinto un animal o un rostro marcado por el tiempo, pienso en esta energía cruda que me ofrece la naturaleza.

Entrevistador — ¿Meditas?

Vincent Bardou — Sí, a mi manera. La meditación no siempre es sentarse en postura de loto; también es caminar solo, respirar profundo, contemplar una puesta de sol sin esperar nada. Es una manera de silenciar la mente y dejar hablar a otra cosa: la intuición, tal vez el alma. En el taller, pintar se vuelve una forma de meditación. Cada gesto, cada capa me coloca en un estado casi hipnótico donde me siento alineado.

 

Entrevistador — ¿Cómo influyen estos momentos de retiro en tu arte?

Vincent Bardou — Me permiten no perderme en lo superficial. Cuando regreso de esos instantes de soledad, sé por qué pinto y qué quiero transmitir. Necesito esta distancia para mantener mi arte sincero. Un lienzo no es solo una imagen, es un rastro de mi camino interior. Si no tomara este tiempo para centrarme, mis pinturas no tendrían esa profundidad.

Entrevistador — ¿Crees ser el mejor artista de tu generación?

Vincent Bardou — No creo que exista un “mejor” artista. El arte no es una carrera ni una jerarquía. Cada creador lleva una verdad singular, una luz propia. Lo que hago resuena con algunas personas, lo que otros hacen resuena diferente en otros lugares, y eso está bien. El arte no se mide ni se compara. Muchos artistas caen en la trampa del ego, en la idea de ser “más grandes” que otros. Es un ámbito de fuerte rivalidad, a veces violento. Para mí, el ego es un velo que nos aleja de lo esencial. Crear no es un acto de dominio, es un acto de compartir, transmitir, incluso sanar. Simplemente: no busco ser el mejor, busco ser auténtico. El arte no necesita vencedores, necesita autenticidad.

Entrevistador — ¿Y ahora?

Vincent Bardou — Ahora sigo explorando. Trabajo en varias colecciones, pruebo nuevas técnicas, siempre con la idea de hacer sentir algo verdadero. Y siempre llevando los temas que me son caros: infancia, naturaleza, libertad, rebeldía por la vida. Mi objetivo es simple: si alguien se lleva una emoción, una reflexión, un poco más de esperanza, entonces he tenido éxito.

Entrevistador — ¿Un mensaje para quienes quieren seguir su camino?

Vincent Bardou — No vendas tu alma para complacer al mundo. Confía en tus intuiciones. Cae, levántate, parte, vuelve. Busca la paz dentro de ti. Lo demás vendrá.

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